Aycayia
De las siete hermosas bailadoras y cantadoras que tenía el cacique en su corte, seis perecieron en el naufragio de la piragua; la que había escapado a la muerte, -bien por su involuntario retardo al entretenerse en su tocado, o porque previamente fuera advertida por el behique que sentía por ella especial predilección-, llamábase Aycayia y era de las siete la más hermosa, la que bailaba con más arte y cantaba con más dulce y melodiosa voz. Así no es de extrañar que ella sola siguiera perturbando la tranquilidad de la grey, alejando a los hombre del trabajo, apartándolos del cumplimiento de sus deberes guerreros y llevando la desunión a los hogares.
De nuevo se reunieron en consejo el cacique, los ancianos y bahiques, y por segunda vez acudieron al todopoderoso Cemí que les habló de este modo.
- Aycayia encarna el pecado, el pecado de la belleza, del arte y del amor. Proporciona a los hombres el placer; pero le hace sus esclavos robándoles la voluntad. Y su diabólica fuerza está en que satisfaciendo a todos, no se entrega a ninguno. Virgen es y virgen morirá. Si queréis vivir tranquilos, arrojadla a vuestro seno.
El consejo del Cemí fue seguido. Aycayia, condenada a vivir aisladamente en compañía de una anciana llamada Guanayoa, fue llevada a un solitario lugar llamado hoy Punta Majagua. Desgraciadamente, no por ello mejoró la situación. Era tal el imperio que sobre los hombres ejercía la bella bailarina, que a diario acudían a Punta majagua los siboneyes, abandonando sus danzas maravillosas, en las que hacía prodigios de agilidad y destreza, y oírla cantar con su voz dulce y acariciadora.
Como es natural, todos rivalizaban en obsequiarla, llevándole frutos, plumas, conchas, laminillas de oro y otros adornos propios para satisfacer la femenil vanidad; y ella a todos sonreía y de todos aceptaba el obsequio, sin que ninguno pudiera jactarse de ser el preferido.
Las pobres indias de Jagua se veían abandonadas las casadas de sus esposos, las doncellas de sus novios, quienes solo tenían ojos y oídos para la incomparable Aycayia. Acudieron en queja al cacique, y este la traslado al behique principal, que trató en vano de que las descarriadas ovejas volvieran al redil. La bella desterrada, podía más que todas las amenazas y conveniencias.
Entonces el behique acudió al medio supremo infalible; consulto por tercera vez al Cemí de la diosa Jagua, quien le entregó unas pequeñas semillas de color negro, a la vez que le daba las siguientes instrucciones:
- Estas semillas, son un amuleto contra el olvido y la infidelidad. Entrégalas a las mujeres, encargándoles que las siembren en sus huertos. Cuando florezcan, cesaran sus inquietudes y congojas y obtendrán de nuevo el cariño de sus novios y esposos.
Las semillas, con solícito cuidado plantadas por las mujeres, dieron origen al árbol conocido hoy con el nombre de Majagua o Demajagua, que significa de Madre Jagua, de cuyas hojas, flores y madera son consideradas desde aquel entonces como amuleto o preventivo de la infidelidad conyugal.
Crecieron los árboles y al brote de sus primeras flores, sobrevino un violento huracán, que barrió la barbacoa o casa alta sobre el agua que ocupaban Aycayia y su anciana acompañante. Las olas enfurecidas arrastraron a las dos mujeres al mar. La joven fue transformada en ondina o sirena, y la vieja en tortuga, terminando así el funesto y avasallador imperio que la bella y sin igual Aycayia ejercía sobre los siboneyes de Jagua.
No está contenta la tradición respecto a la actuación de Aycayia en el mar. Unos la suponen ondina solitaria, vagando dentro de la bahía de Jagua en el mar libre, soplando en un enorme y nacarado cobo, gran caracol de nuestros mares antillanos cuyo bronco sonido se confunde con el ruido que hace Caorao, el dios de la tempestad. Otros, en cambio, la creen acompañada, cabalgando sobre Guanayoa, convertida en enorme y asquerosa tortuga, pero también soplando en el cobo, condenada eternamente a vagar por el mar embravecido, purgando el pecado de haber sido en la tierra, bella, seductora y virgen.
Mis mejores deseos para el 2010 .. Nos vemos !!
Tomado del Libro "Tradicciones y leyendas de Cienfuegos", de Adrián del Valle, 1919.
Si amigos, llevo 73 días sin fumar, creo que he pasado lo peor, las fiestas.
17 comentarios:
bonito texto, me quedo con la bailarina que encarna el pecado.
Y joder con lo del tabaco, yo ni me lo planteo..
Bellísima Leyenda, me ha gustado mucho, sobre todo la parte cuidar las semillas y esperar que florescan. Epa! felicitaciones, ya has pasado lo más dificil con cigarro, adelante.Un fuerte abrazo
Un gusto haber pasado por tu blog y gracias también por haber dejado un comentario en uno de los míos.
Una especial felicitación por tu objetivo meritorio de dejar el cigarrillo. Querer es poder, dice el dicho.
Gracias por tu salutación. Todos esos ingredientes los necesito.
Mis mejores deseos para vos y tus seres queridos; los extiendo a las personas de buena voluntad en el mundo.
Un abrazo desde Buenos Aires.
Juan.
Que bonita la leyenda. Menos mal que con las semillas tuvieron suerte y no les paso como a mi Marido, sembró unas semillas que le dieron que van bien para que los ratones (que tanto abundan en los campos) no se acercasen a nuestro huerto. Cuando estaban a punto de ser transplantadas, pues las teníamos en una maceta en la puerta de casa, se comió una cabra la susodicha planta. Ósea sigue el problema.
Un abrazo querida Bolo
Preciosa leyenda!!!!
Una historia muy bonita
abrazo
Preciosa!!!
Muchos besitos guapa, muaaakkkkssss
bella leyenda...
aiss la infidelidad, un tema tan complicado y con tantísimos matices a tener en cuenta...o sólo uno.
un beso niña bonita, te deseo lo mejor para este nuevo año 2010 y para siempre, ya lo sabes.
¡muuuuuak! disfruta del domingo!
Preciosa la leyenda que nos dejaste hoy.
Besotes
Qué bien que sigas sin fumar.
La leyenda es una hermosura, la he disfrutado como un chiquillo y he tarareado la canción de la piragua.
Un saludo.
Pues bienvenida al Mundo de los Sueños Balovega, me he cruzado mil veces contigo ahora no recuerdo en que blogs pero si recuerdo tu nombre.
Gracias por esa visita que me ha permitido descubrirte y leer esa bella historia. Creo que en el mundo de hoy en día las semillas de ese arbol serían algo muy valioso de conseguir, porque eso de la fidelidad no es que esté muy de moda...
Un saludo y feliz año
Me encantan las leyendas y pasarme por tu blog. Así que hoy, tras la vuelta a casa, he disfrutado por partida doble.
Del cigarrillo mejor no hablo, ja,ja.
Besotes y FELIZ 2010.
Me ha encantado el texto...
Te deseo un 2010 lleno de felicidad, y me alegro por esos 73 días...
Muchos besitos preciosa.
Bonita leyenda, Un abrazo.
Hola preciosidad!!!
te mando mil besosy los mjores deseospara el 2010,gracias por tus bellas palabras siempre,un beso
Isa
Bonita la historia. Te felicito por tantos días sin fumar. Abrazos
Me ha parecido muy bonita la historia, siempre es refrescante leer sobre la mitología de otros países. Y felicidades por tus días sin fumar, ¡valiente!
Feliz 2010 a ti también. ;D
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