Cuenta la leyenda...
Alguna vez se han preguntado porque la calabaza es el símbolo de Halloween?. Nunca me lo había planteado hasta hoy, quizá porque nunca le dí tanta importancia como cuando me surgió la idea de escribir sobre esta fiesta que se celebra en todo el mundo.
Mi intención era que al llegar a casa le preguntaría a Google, pero cual fue mi sorpresa, que al llegar y encender la televisión (algo que hago habitualmente), en uno de los canales narraban la historia que en la mañana me venia preguntando. Es como si me hubiesen leído la mente y adivinado la pregunta que me traía de cabeza, y que paso a relatar:
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años un pendenciero y tacaño irlandés, de nombre Jack, se encontraba en una taberna refrescando el gaznate como era su costumbre, con tan mala fortuna que se encontró con un diablillo, en la noche de las brujas.
Jack había bebido en exceso pero aún así pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en moneda para pagar al camarero, pero el viejo tacaño tomó la moneda y se la guardó, cual fue la sorpresa del diablo que en el bolsillo donde el viejo le había metido se encontraba una cruz, por lo que no pudo volver a su forma original. Jack se propuso que no dejaría que el diablo regresase a su origen hasta que le prometiera que no pediría su alma en años. Al diablillo no le quedó más remedio que rendirse ante la propuesta de Jack.
Pasaron los años y Jack se reunió nuevamente con el diablo, este iba dispuesto a llevarse el alma del viejo tacaño, pero lo que no sabía que Jack pensaba rápido y le dijo: Me iré contigo gustoso si antes me traes las manzanas que se encuentran en ese árbol. El diablo pensó: no tengo nada que perder, le daré lo que me pide; y así lo hizo, de un salto subió a la copa del árbol, sin darse cuenta que el viejo comenzó a grabar una cruz en el tronco del manzano. Nuevamente Jack había engañado al diablo y este no pudo bajar. Jack de nuevo le hizo prometer al diablo que jamás le pediría su alma, lo que al pobrecito diablo no le quedó mas remedio que ceder y aceptar.
Años más tarde el viejo Jack murió, no pudiendo entrar al cielo por haberse comportado en vida como un ser tacaño, estafador y borracho, y a la vez odiado por todo el pueblo.
Cuando quiso entrar al infierno, su asombro fue encontrarse con el pequeño diablo que le envió de vuelta, ya que cuando estaba vivo prometió que jamás tomaría su alma. Que haré ahora y a donde iré? le preguntó el viejo, a lo que le contestó: vuelve por donde viniste. Así que Jack se dio la vuelta y comenzó a caminar, cabizbajo y triste. El camino era oscuro y siniestro, el viento era tan espeluznante que no le dejaba avanzar, ni ver el camino de regreso.
Al diablo le dio tanta tristeza ver como el viejo se sentía, que le envió un carbón encendido directamente del infierno para hacerle el peregrinar más placentero, y a la vez para que le sirviese de guía en la oscuridad. Jack lo miró agradecido, saco de su zurrón un nabo y metió las brasas dentro para que no se le apagara.
Y así fue como el viejo tacaño, bebedor y pendenciero de nombre Jack, fue condenado a vagar por las tinieblas eternamente por su maldad ante el mundo donde vivió.
Los pueblos de origen céltico y como mandaba la tradición ahuecaban nabos para introducir las brasas e iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos a sus difuntos más queridos, dándoles la bienvenida y a la vez se protegían de los malos augurios y espíritus.
Cuando los irlandeses llegaron a América, conocieron la calabaza, dándose cuenta que al ser más grande sería mucho más fácil de ahuecar que los nabos. Y así desde ese momento la calabaza por ser de mayor tamaño pasó a formar parte de lo que llamamos la "Noche de Halloween".
Que pasen una estelar noche de brujas, diablillos y fantasmas, Uuuuuuhh..
!¡! Feliz fin de semana !¡!
Autor del comentario y fotografías: Balovega.
Mi intención era que al llegar a casa le preguntaría a Google, pero cual fue mi sorpresa, que al llegar y encender la televisión (algo que hago habitualmente), en uno de los canales narraban la historia que en la mañana me venia preguntando. Es como si me hubiesen leído la mente y adivinado la pregunta que me traía de cabeza, y que paso a relatar:
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años un pendenciero y tacaño irlandés, de nombre Jack, se encontraba en una taberna refrescando el gaznate como era su costumbre, con tan mala fortuna que se encontró con un diablillo, en la noche de las brujas.
Jack había bebido en exceso pero aún así pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en moneda para pagar al camarero, pero el viejo tacaño tomó la moneda y se la guardó, cual fue la sorpresa del diablo que en el bolsillo donde el viejo le había metido se encontraba una cruz, por lo que no pudo volver a su forma original. Jack se propuso que no dejaría que el diablo regresase a su origen hasta que le prometiera que no pediría su alma en años. Al diablillo no le quedó más remedio que rendirse ante la propuesta de Jack.
Pasaron los años y Jack se reunió nuevamente con el diablo, este iba dispuesto a llevarse el alma del viejo tacaño, pero lo que no sabía que Jack pensaba rápido y le dijo: Me iré contigo gustoso si antes me traes las manzanas que se encuentran en ese árbol. El diablo pensó: no tengo nada que perder, le daré lo que me pide; y así lo hizo, de un salto subió a la copa del árbol, sin darse cuenta que el viejo comenzó a grabar una cruz en el tronco del manzano. Nuevamente Jack había engañado al diablo y este no pudo bajar. Jack de nuevo le hizo prometer al diablo que jamás le pediría su alma, lo que al pobrecito diablo no le quedó mas remedio que ceder y aceptar.
Años más tarde el viejo Jack murió, no pudiendo entrar al cielo por haberse comportado en vida como un ser tacaño, estafador y borracho, y a la vez odiado por todo el pueblo.
Cuando quiso entrar al infierno, su asombro fue encontrarse con el pequeño diablo que le envió de vuelta, ya que cuando estaba vivo prometió que jamás tomaría su alma. Que haré ahora y a donde iré? le preguntó el viejo, a lo que le contestó: vuelve por donde viniste. Así que Jack se dio la vuelta y comenzó a caminar, cabizbajo y triste. El camino era oscuro y siniestro, el viento era tan espeluznante que no le dejaba avanzar, ni ver el camino de regreso.
Al diablo le dio tanta tristeza ver como el viejo se sentía, que le envió un carbón encendido directamente del infierno para hacerle el peregrinar más placentero, y a la vez para que le sirviese de guía en la oscuridad. Jack lo miró agradecido, saco de su zurrón un nabo y metió las brasas dentro para que no se le apagara.
Y así fue como el viejo tacaño, bebedor y pendenciero de nombre Jack, fue condenado a vagar por las tinieblas eternamente por su maldad ante el mundo donde vivió.
Los pueblos de origen céltico y como mandaba la tradición ahuecaban nabos para introducir las brasas e iluminar el camino de regreso al mundo de los vivos a sus difuntos más queridos, dándoles la bienvenida y a la vez se protegían de los malos augurios y espíritus.
Cuando los irlandeses llegaron a América, conocieron la calabaza, dándose cuenta que al ser más grande sería mucho más fácil de ahuecar que los nabos. Y así desde ese momento la calabaza por ser de mayor tamaño pasó a formar parte de lo que llamamos la "Noche de Halloween".
Que pasen una estelar noche de brujas, diablillos y fantasmas, Uuuuuuhh..
!¡! Feliz fin de semana !¡!
Autor del comentario y fotografías: Balovega.
Alguna vez se han preguntado porque la calabaza es el símbolo de Halloween?. Nunca me lo había planteado hasta hoy, quizá porque nunca le dí...